La XVII cumbre de líderes de los BRICS concluyó este lunes en Río de Janeiro en medio de tensión política, luego de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, advirtiera que cualquier país alineado con las políticas del grupo sería sancionado con un arancel adicional del 10%. La reacción del bloque emergente no se hizo esperar.

"No es correcto que un país del tamaño de EE.UU. esté amenazando al mundo a través de internet. El mundo cambió. No queremos un emperador. Somos países soberanos", expresó el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, anfitrión de la cita, durante una rueda de prensa en el Museo de Arte Moderno de Río.

Aunque el domingo transcurrió sin sobresaltos, con una declaración conjunta de 126 puntos sobre temas como Gaza, Irán, Ucrania, salud y cambio climático, el panorama cambió cuando Trump publicó en su red social: “Cualquier país que se alinee con las políticas antiestadounidenses de los BRICS deberá pagar un arancel adicional del 10%. No habrá excepciones a esta política”.

La portavoz del Ministerio de Exteriores de China, Mao Ning, criticó el uso de aranceles como “herramienta de coerción y presión”, mientras que el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, recalcó que los BRICS “nunca han estado ni estarán dirigidos contra terceros países”.

En Río, los presidentes Cyril Ramaphosa (Sudáfrica) y Lula da Silva se sumaron a los reproches. “Nunca debería haber venganza ni represalias contra países que buscan cooperar juntos para hacer avanzar los intereses de la humanidad”, dijo Ramaphosa. Lula calificó la postura de Trump como “muy irresponsable y equivocada”.

En paralelo, el mandatario brasileño también cuestionó la hegemonía del dólar y aseguró que el proceso hacia sistemas de pago con monedas locales es irreversible. “El dólar dejará de ser la moneda de referencia internacional”, vaticinó.

Pese a las tensiones, Lula aseguró que la cumbre no perdió armonía y que las amenazas de Trump no condicionaron las discusiones del foro.