Una carta de disculpa atribuida al CEO de una reconocida empresa tecnológica circuló ampliamente en redes sociales luego de que el ejecutivo fuera captado en la “kiss cam” a una trabajadora de su firma durante un concierto de la banda Coldplay. Sin embargo, horas después del revuelo, la compañía aclaró que el comunicado no fue redactado ni autorizado por el directivo.

El video del incidente se viralizó rápidamente, generando críticas y comentarios sobre relaciones laborales y posibles conflictos éticos dentro del entorno corporativo. En medio de la polémica, comenzó a compartirse una supuesta carta en la que el ejecutivo asumía responsabilidad por lo sucedido y anunciaba medidas para apartarse del cargo.

No obstante, la empresa involucrada emitió un pronunciamiento oficial en el que negó la veracidad de la misiva. "Ese comunicado no fue escrito por ninguno de nuestros ejecutivos ni representa una posición oficial", señaló la compañía. También se informó que se estaba evaluando internamente el impacto del hecho, pero sin confirmar acciones concretas.

El episodio pone nuevamente en discusión los límites de las relaciones personales en entornos laborales, especialmente cuando involucran a personas en posiciones de poder, y cómo los contenidos virales pueden distorsionar los hechos al punto de generar noticias falsas.

Mientras tanto, usuarios en plataformas como X (antes Twitter) y LinkedIn continúan debatiendo sobre la ética profesional, el manejo de crisis y la velocidad con la que la información (o la desinformación) se propaga en internet.