Después de más de diez días de tensión y violencia provocada por bloqueos impulsados por sectores afines a Evo Morales, la localidad de Llallagua, en el norte de Potosí, da señales de reactivación. Comercios que permanecían cerrados comenzaron a abrir tímidamente, mientras la Terminal de Buses reanudó sus operaciones, aunque solo algunas empresas retomaron la venta de pasajes.

Durante los días de conflicto, se registraron saqueos, destrozos a instituciones públicas y un ataque a una patrulla policial que dejó un saldo de cuatro uniformados fallecidos. La situación agravó la escasez de alimentos, gas, agua potable y combustible, sumiendo a la población en una grave crisis.

En medio de la presencia militar que patrulla las calles, algunos negocios reabrieron este viernes. Mientras tanto, la población realizó un cabildo donde declararon persona no grata a Evo Morales y anunciaron medidas para impedir actividades ilegales como el ingreso de vehículos indocumentados.

Se espera la llegada de dos cisternas de combustible desde Oruro para aliviar la crisis energética. Las autoridades locales aún enfrentan críticas por su gestión durante estos días de violencia y desabastecimiento.