Un creciente cuerpo de evidencia ha comenzado a vincular los edulcorantes artificiales, como la sucralosa, con efectos adversos para el control del peso. Aunque estos productos fueron inicialmente diseñados para ayudar a las personas a reducir su ingesta calórica y perder peso, un reciente estudio ha sugerido que su consumo podría desencadenar un aumento en el apetito. Este hallazgo ha generado preocupación sobre su efectividad para quienes buscan controlar su peso a largo plazo.

En mayo de 2023, la Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió que los sustitutos del azúcar no ayudan a las personas a controlar su peso de manera efectiva. La OMS indicó que reemplazar los azúcares libres con edulcorantes no azucarados no produce resultados sostenibles. La sucralosa, un edulcorante artificial utilizado en productos como Splenda, parece activar el área del cerebro relacionada con el hambre, lo que puede llevar a un aumento en el apetito.

El estudio realizado por la Dra. Katie Page, profesora asociada en la Universidad del Sur de California, demostró que las personas que consumieron bebidas endulzadas con sucralosa experimentaron un aumento de aproximadamente un 20% en su sensación de hambre, en comparación con aquellos que bebieron agua con azúcar. A pesar de que la sucralosa es mucho más dulce que el azúcar, no proporciona las calorías que el cerebro espera de una bebida dulce, lo que podría desencadenar una señal para comer más.

La investigación también reveló que la sucralosa no afecta las hormonas que regulan la saciedad, lo que significa que las personas pueden sentir hambre incluso después de consumirla. Esta activación del apetito está relacionada con una mayor conectividad cerebral en áreas que controlan la motivación y la toma de decisiones, lo que podría hacer más difícil controlar los hábitos alimentarios.

A pesar de las preocupaciones planteadas por este estudio, algunos defensores de los edulcorantes artificiales, como el portavoz de Heartland Food Products, productor de Splenda, aseguran que los edulcorantes bajos en calorías y sin calorías siguen siendo una opción recomendada para la gestión de la diabetes y el peso. Sin embargo, expertos como el Dr. David Katz, especializado en medicina preventiva, advierten que estos edulcorantes pueden interferir con el control normal del apetito, lo que podría tener efectos adversos en la salud a largo plazo.

En general, los expertos recomiendan que, aunque los edulcorantes artificiales como la sucralosa pueden ser útiles en la reducción de la ingesta de azúcar, se deben consumir con moderación. La Dra. Page y otros especialistas sugieren que las personas opten por una dieta más equilibrada, que limite la ingesta de azúcares añadidos y evite el uso excesivo de sustitutos del azúcar.