El FC Barcelona enfrenta un momento crítico en su planificación para la temporada 2025/2026, ya que debe resolver de manera simultánea las inscripciones de jugadores y la apertura de su estadio, el Spotify Camp Nou.

Aunque Joan García podrá jugar en Mallorca tras desbloquearse su situación, aún restan resolver los casos de Rashford, Szczesny y Gerard Martí, mientras el club intenta regresar a la regla 1:1, lo que implicaría ejecutar el aval aprobado por la junta directiva.

Paralelamente, el regreso del equipo al Camp Nou, previsto para el 14 de septiembre contra el Valencia, depende de que se obtengan los permisos necesarios por parte del Ayuntamiento.

Esta coordinación es clave, porque el 28 de agosto, fecha del sorteo de la fase de grupos de la Champions League, el Barcelona debe comunicar oficialmente a la UEFA en qué estadio jugará sus partidos, cumpliendo la normativa que exige que todos los encuentros de la primera fase se disputen en la misma sede.

Ante las limitaciones, el club ha decidido abrir el estadio en tres fases: inicialmente con 30.000 espectadores, luego 45.000 para los partidos de Champions y finalmente la capacidad total de 60.000, con la esperanza de tener todo solucionado a tiempo, aunque la incertidumbre aún persiste.