Una polémica cárcel temporal fue instalada en la reserva Big Cypress, Florida, para alojar a inmigrantes en proceso de deportación. El centro, conocido como “Alligator Alcatraz”, ha generado controversia por su ubicación estratégica: está rodeado de caimanes, lo que, según el gobernador Ron DeSantis, reduce la necesidad de alta seguridad. “Si alguien se escapa, va a tener que enfrentarse a un montón de caimanes”, advirtió.

El centro de detención fue instalado en el antiguo aeropuerto Dade-Collier, en medio de los humedales, y tiene capacidad para unos 5.000 inmigrantes. Solo cuenta con una vía de ingreso, la carretera Tamiani Trail, la cual estará permanentemente custodiada. Medios internacionales reportan que se han montado carpas para albergar a los detenidos y que los servicios básicos como agua, electricidad y ventilación serán provistos por sistemas móviles.

El costo estimado por cada persona detenida es de $245 por día, lo que podría representar una inversión anual superior a $450 millones. DeSantis adelantó que el Gobierno trabaja con el Departamento de Justicia para establecer jueces de inmigración en el lugar y agilizar los procesos de deportación.

Sin embargo, ambientalistas y defensores de derechos humanos han expresado su rechazo a esta instalación. Denuncian que no se realizó ningún estudio de impacto ambiental y advierten de las graves consecuencias ecológicas y sociales. “Hay problemas económicos, ambientales y de derechos humanos. Este proyecto se apresuró sin la debida evaluación”, señaló Faith Ward, activista ambiental.