Pablo Maximiliano Amín, condenado a prisión perpetua por el brutal asesinato de su expareja María Marta Arias en 2007 en San Miguel de Tucumán, Argentina, recibió beneficios penitenciarios que le permiten salir durante el día bajo custodia. El crimen, que incluyó estrangulamiento y mutilación del cuerpo de la víctima, conmocionó al país por su extrema violencia.

Tras 18 años de cumplimiento de su pena en el penal de Villa Urquiza, la Justicia autorizó a Amín salidas transitorias dos veces al mes, por tres horas cada vez, argumentando buena conducta durante su detención. Esta decisión ha generado indignación y debate sobre los beneficios otorgados a condenados por delitos graves.

El condenado es visto ocasionalmente caminando por las calles de Tucumán durante estas salidas, lo que mantiene vivo el recuerdo del caso y reaviva la discusión sobre justicia y derechos de los presos en Argentina.