El gobernador del Beni, Alejandro Unzueta, alertó sobre la grave situación que atraviesa su departamento, declarado en desastre debido a las fuertes lluvias e inundaciones que afectan extensas áreas. Tres millones de cabezas de ganado están en peligro por el crecimiento del nivel del agua, mientras los ganaderos buscan terrenos más elevados para proteger a sus animales.

Unzueta explicó que ya se han reportado pérdidas de ganado en la cuenca del río Yacuma, donde varias propiedades quedaron anegadas por la crecida de los ríos. Además, el río Beni desbordó en Riberalta, afectando aún más a la región. Hasta ahora, tres municipios han declarado estado de desastre, y otros cuatro están incomunicados por el colapso de sus vías tras casi un mes de lluvias continuas.

La emergencia también afecta a las familias de Beni, con más de 4.600 afectadas, 2.900 damnificadas y cerca de 30.000 personas en situación crítica. El gobernador destacó que la situación se asemeja a la del desastre del año 2014 y que la capacidad logística, técnica y financiera de la Gobernación no es suficiente para mitigar la emergencia.

La administración beniana solicitó ayuda urgente para cubrir las necesidades inmediatas, como alimentos, vituallas y la reconstrucción de carreteras, para lo cual se necesitan al menos 28 millones de bolivianos. La zona productiva arrocera también está gravemente afectada, con caminos inundados y cosechas en riesgo.

Unzueta enfatizó la urgencia de la intervención del gobierno central para evitar un colapso mayor en sectores clave como la agricultura, el transporte y la ganadería. "Los pastizales están cubiertos de agua, y los ganaderos están movilizando el ganado porque las aguas siguen subiendo", agregó.