El aumento de precios y la escasez de empleo reducen drásticamente sus ingresos, pero su determinación sigue intacta.

Los lustrabotas de Santa Cruz enfrentan una realidad cada vez más dura, especialmente en la Plaza 24 de Septiembre, donde luchan día tras día para sobrevivir ante la crisis económica. Si bien antes podían ganar hasta 150 bolivianos al día, ahora apenas logran obtener entre 50 y 60 bolivianos, lo que les obliga a trabajar más horas y con mucho esfuerzo para seguir adelante.

La situación ha afectado a muchos de ellos, como Don Lucio Pedraza, de 78 años, quien recuerda cómo sus ingresos se han reducido drásticamente a medida que los precios de los materiales que utilizan para su oficio han subido de forma significativa. “La crema que antes comprábamos a 4 o 5 bolivianos, hoy cuesta 12. Está sumamente difícil, no sé qué harán las personas que tienen varios hijos”, comenta preocupado.

José Arteaga, con más de 30 años de experiencia en el oficio, comparte su dolor por la situación: “Con esto he sabido mantener a mi familia, pero ahora todo está más caro. Debemos pasar todo el día aquí para ganar 60 bolivianos, y aún así no alcanza para cubrir todo lo que necesitamos”.

A pesar de las dificultades, estos hombres continúan trabajando con la esperanza de salir adelante. La historia de los lustrabotas refleja la fortaleza y la dignidad de quienes, a pesar de todo, siguen luchando por mantener a sus familias y encontrar un camino hacia el futuro.