El FBI, la Oficina del Director de Inteligencia Nacional y la Agencia de Ciberseguridad y Seguridad de Infraestructuras de Estados Unidos confirmaron el lunes que Irán fue el responsable del hackeo al equipo de campaña del expresidente Donald Trump.

Esta es la primera vez que el gobierno estadounidense atribuye oficialmente una intrusión cibernética a Teherán durante el actual ciclo electoral.

Las agencias de inteligencia detallaron que Irán ha intensificado su actividad agresiva, enfocándose en interferir en las elecciones presidenciales de EE.UU. y en generar discordia para socavar la confianza en las instituciones democráticas.

El comunicado conjunto destaca que las operaciones de hacking iraníes han apuntado no solo a la campaña de Trump, sino también a la de la demócrata Kamala Harris, revelando una estrategia de interferencia dirigida a las campañas de ambos partidos.

Los piratas informáticos iraníes han intentado acceder a personas con acceso directo a estas campañas, mostrando un patrón preocupante de ciberactividad diseñada para influir en el proceso electoral.

Además de los hackeos, las agencias estadounidenses han observado un aumento en las operaciones de influencia dirigidas al público estadounidense por parte de Irán.

Estas actividades están diseñadas para desestabilizar el proceso electoral y fomentar la discordia interna, lo que representa una amenaza significativa para la integridad de las elecciones.

Las investigaciones continúan mientras las autoridades estadounidenses refuerzan su vigilancia contra las amenazas cibernéticas extranjeras.