El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, propuso recientemente que su país "tomara el control" de la Franja de Gaza, desplazando permanentemente a su población palestina para convertirla en una "Riviera de Oriente Medio". Esta propuesta ha generado una condena generalizada a nivel internacional.

La ministra alemana de Asuntos Exteriores, Annalena Baerbock, calificó la idea de "inaceptable y contraria al derecho internacional", advirtiendo que provocaría "nuevos sufrimientos y nuevos odios". Francia también rechazó la propuesta, señalando que la transferencia forzada de la población palestina constituiría una grave violación del derecho internacional y un obstáculo para la solución de dos Estados.

España e Irlanda, que reconocieron al Estado de Palestina el año pasado, manifestaron su oposición a la propuesta de Trump. El ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, afirmó que "Gaza es la tierra de los gazatíes palestinos y deben permanecer en Gaza". Por su parte, el ministro irlandés, Simon Harris, destacó que cualquier idea de desplazar a la población de Gaza estaría en clara contradicción con las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU.

En el mundo árabe, países como Egipto, Jordania y Arabia Saudí también rechazaron la propuesta. El rey Abdullah de Jordania afirmó que "cualquier intento de anexionarse tierras y desplazar a los palestinos" es inaceptable. El ministro egipcio de Asuntos Exteriores, Badr Abdelatty, pidió a la comunidad internacional que reconstruya Gaza sin trasladar a sus residentes palestinos a otro lugar.

La comunidad internacional ha reiterado su apoyo a la solución de dos Estados, enfatizando la necesidad de que tanto palestinos como israelíes vivan en Estados seguros y soberanos. La propuesta de Trump ha sido vista como un obstáculo para este objetivo y una violación de los derechos de la población palestina.