Estados Unidos y China se han enfrentado nuevamente en el ámbito comercial con la imposición de nuevos aranceles.

Desde la madrugada del martes, Washington aplica un arancel del 10% sobre todos los productos chinos, mientras que Pekín respondió con gravámenes de hasta el 15% sobre bienes clave importados desde EE.UU.

Además de los aranceles, China incluyó a las empresas estadounidenses Illumina y PVH Group en su lista de entidades no fiables, restringiendo su actividad en el mercado chino. Esta medida aumenta las tensiones y complica la relación comercial entre ambas naciones.

Analistas advierten que si no se logra un acuerdo, la disputa podría escalar en una nueva guerra comercial similar a la de la administración Trump. Hasta el momento, no se han anunciado conversaciones directas entre el presidente Joe Biden y su homólogo chino, Xi Jinping.

El escenario más favorable sería una pausa en las represalias arancelarias para abrir un diálogo, pero no hay señales claras de que esto ocurra. Mientras tanto, el impacto en la economía global dependerá de la duración y la intensidad del conflicto.