Estricto protocolo en el velatorio privado del Papa Francisco
En la intimidad de la Casa Santa Marta, se realiza el velatorio del pontífice fallecido a los 88 años. El acceso está restringido a clérigos, religiosas y empleados vaticanos.
El papa Francisco reposa en su capilla privada, ubicada en la planta baja de la Casa Santa Marta, el lugar que eligió como residencia durante sus más de doce años de pontificado, evitando el Palacio Apostólico. Su féretro, de madera simple, descansa bajo un crucifijo de madera y una inscripción en latín que clama al Espíritu Santo, mientras dos guardias suizos, con sus distintivos uniformes, lo vigilan sin descanso.
A su lado, un cirio encendido y, a sus pies, flores blancas y amarillas, los colores del Vaticano. Un ambiente de profundo respeto envuelve el espacio, reservado únicamente a miembros de la Curia, religiosas o empleados del Estado papal que presentan su acreditación antes de cruzar las murallas del Vaticano.
El pontífice, fallecido el lunes a los 88 años debido a un ictus y tras meses de complicaciones respiratorias, será trasladado este miércoles a la basílica de San Pedro para su exposición pública. Mientras tanto, su capilla ardiente se desarrolla con absoluto recogimiento. Quienes ingresan a despedirlo deben atravesar estrictos controles de seguridad, incluidos agentes de la Guardia Suiza vestidos de civil.
En el interior, el silencio es absoluto. Algunos rezan de pie, otros se arrodillan. Arzobispos con fajines violeta, monjas y empleados rinden homenaje en una ceremonia sencilla pero cargada de solemnidad. Una mujer que intenta usar su celular es reprendida y el dispositivo, requisado, en un acto que reafirma la seriedad del momento.
El ataúd está forrado con tela roja. Francisco luce paramentos púrpura, una mitra blanca y un rosario entrelazado entre sus manos. Desde su posición, una estrecha galería de cristales deja pasar la luz natural que baña la escena, dominada por el recogimiento y el respeto.
La visita del presidente de Italia, Sergio Mattarella, marcó uno de los primeros homenajes oficiales. Ya se anuncian la llegada de cardenales y autoridades, en un ambiente donde el futuro cónclave parece una conversación latente.
El cardenal camarlengo, Kevin Joseph Farrell, realizó en esta misma capilla el rito de constatación de muerte, sellando luego los aposentos del pontífice como indica la tradición vaticana.
El funeral del papa Francisco se celebrará el sábado en la basílica de San Pedro. Luego, según su voluntad, será enterrado en una sencilla cripta de la basílica de Santa María La Mayor, marcando el último gesto de humildad de un pontífice que optó por vivir y partir en la sencillez.
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